Before Moses becomes a deliverer of his people, he’s a felon in the wilderness. What changes him from a rogue to a reformer is a new intimacy with God. Out of a blazing bush, he hears God whisper his name and the name of his ancestors. The story climaxes with God offering God’s name to Moses, “I AM.” The exchange of names is the beginning of knowing and being known. It’s the beginning of intimacy. The exchange of names launches friendships, trusting partnerships, even marriages, and in Moses’ case, a history-changing revolution. Does it transform you to know that God knows and is calling your name? Does it change anything that God knows and has spoken with all of your forebears? It’s not a coincidence that men and women who have made this world look more like heaven and less like hell speak of an intimacy with a loving God as their starting place. In the quietness of the wilderness in life, we can grow in our desire for intimacy and of acceptance with God.
Excerpt from Bishop Wright’s Growing in the Wilderness Series | Lent 2022
For People with Bishop Rob Wright
The podcast expands on Bishop’s For Faith devotional, drawing inspiration from the life of Jesus to answer 21st-century questions.
Intimidad
Antes de que Moisés se convirtiera en el libertador de su pueblo, era un delincuente en el desierto. Lo que lo cambia de ser un fugitivo a ser un reformador de una nueva intimidad con Dios. Desde un arbusto en llamas, él oye a Dios susurrar su nombre y el nombre de sus antepasados. La historia se enmarca con Dios declarando su nombre a Moisés, “YO SOY”. El intercambio de nombres es el comienzo de una relación, del conocimiento y de ser conocido. Es el comienzo de la intimidad. Con el intercambio de nombres comienzan amistades, relaciones de confianza, e incluso matrimonios, y en el caso de Moisés, una revolución libertadora que cambia la historia de la humanidad. ¿Te transforma el saber que Dios te conoce y está llamándote por tu nombre? ¿Te impacta descubrir que Dios conoce y ha hablado con todos tus antepasados? No es una coincidencia que los hombres y mujeres que han hecho que este mundo parezca más cielo y menos infierno hablen de su intimidad con un Dios amoroso como el lugar de inicio de su misión. En la quietud del desierto en nuestra vida podemos crecer en el deseo de una mayor intimidad con Dios.
Tomado de la Serie Especial : Creciendo en el Desierto, por el Obispo Wright para la Cuaresma 2022