What is lovable about Jesus is he’s undeterred. He mobilized people of all kinds in his God enterprise. He drew and affected crowds that organized religion couldn’t or wouldn’t. This caused people to want to “restrain” him. Even his family. We do that, don’t we? We are moved by his words and his love. His stories still touch us…beg us to live differently. But, we restrain him. Explain him away. Reduce him to an ancient Sunday story that has no power for Monday. But, what if we stopped that? What if we let him run free through our lives?
Restringir
Lo que es adorable acerca de Jesús es que no se inmuta. El movilizó a personas de todo tipo en su trabajo de Dios. El atrajo y afectó a multitudes que la religión organizada no pudo o quizo. Esto hizo que la gente quisiera “restringirlo.” Incluso su familia. Nosotros hacemos eso, ¿no? Nos emocionan sus palabras y su amor. Sus historias todavía nos conmueven…nos ruegan que vivamos de manera diferente. Pero, lo restringimos. Lo enviamos lejos por medio de explicaciones. Lo reducimos a una historia antigua de Domingo que no tiene poder para el Lunes. Pero, ¿y si detuvieramos eso? ¿Qué pasa si lo dejamos correr libremente a través de nuestras vidas?